jueves, 11 de noviembre de 2010

Componentes tecnológicos y sus efectos en los procesos contemporáneos de subjetivación


PRESENTADO EN JORNADAS DE LA UNIVERSIDAD DE LA MATANZA : SUJETOS IDENTIDADES Y CULTURAS. SEPTIEMBRE 2010.

Area Temática: Sujetos, Identidades y cultura.

Palabras Claves: Biotecnología, Bioética y Salud

A partir del uso masivo de información digital y biotecnologías, se ha han iniciado importantes transformaciones en la vida social. Nos encontramos frente a una revolución tecnológica generalizada que ha cambiado muy rápidamente las costumbres comunicacionales, lúdicas, laborales, sociales, y por ende culturales de gran parte de la población. Accedemos a una realidad caracterizada por lo instantáneo, fácil, divertido, que nos ahorre en espacio y tiempo. Las nuevas tecnologías operan sobre el cuerpo produciendo una progresiva tecnificación de la vida, la sociabilidad, la sexualidad, el deseo. Siguiendo a P. Sibilia con la genética, la clonación, la inteligencia artificial, los celulares e Internet no sólo cambian las nociones de vida, muerte y distancia, sino que además se alteran los sueños y deseos, así como la concepción misma de ser humano. Son innegables las marcas que las nuevas ciencias de la vida y la informática dejan en la subjetividad, afectando la vida, cuerpo, muerte y la concepción misma de lo humano. Nos volvimos compatibles con las máquinas, hicimos máquina con ellas. Las incorporamos en los gestos, en el vocabulario y en el cuerpo: un corazón artificial, un marcapasos, una prótesis nos hacen dependiente de lo artefáctico. De esta forma nos hemos convertido en cyborgs: del griego kyber que significa máquina o nave y org alusivo al organismo, hace referencia a organismos vivos, pero construidos como máquinas (Mayans 2002) Con lo cual el cyborg deja de ser un personaje construido en la ciencia ficción, para ser un vecino, un amigo, un habitante de nuestra cotidianeidad, nosotros mismos.
Si vamos a la definición de tecnología (tekne: arte, técnica u oficio logos: conjunto de saberes) encontramos en ella sus raíces modernas: saber sobre la técnica o el oficio. Que es lo que hoy conocemos como tecnología blanda, o know how. De acuerdo a la definición de la Real Academia Española es el conjunto de saberes y técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico Y se señala entre sus impactos positivos el aumento en la productividad del trabajo humano y del nivel de vida de la población. Para entender esto se puede tomar un concepto de P. Sibilia, hoy podemos decir que impera la tiranía del upgrade: la constante necesidad de mejorar, potenciar, superar la condición humana, la configuración orgánica del cuerpo tanto espacial como temporalmente; y a ese lugar vienen, desde los celulares e Internet que eliminan las distancias, a las biotecnologías que intentan borrar las marcas del paso del tiempo.
Entendemos por biotecnología, desde el punto de vista científico a cualquier técnica que utilice organismos vivos o sustancias de estos organismos para hacer o modificar un producto, mejorar plantas o animales, o desarrollar microorganismos, para usos específicos” (Foro Argentino de Biotecnología) La biotecnología está intima e inseparablemente ligada a la ciencia. Siguiendo a Díaz, ésta, como toda tecnología, se realiza en la industria, en la producción. Estas son parte de las políticas que se instrumentan a nivel nacional para beneficiar a todos, o a unos pocos. Es considerada una factor de crecimiento político y social.
Surge la Ingeniería Genética: disciplina de la biología molecular que se ocupa de la manipulación de la composición genética mediante la introducción o eliminación de genes específicos a través de técnicas de biología molecular y ADN recombinante. Conocer nuestro perfil íntimo, nuestro interior molecular, saber quienes somos, conocer nuestra historia desde los mismos genes. Y es así que hoy parece como si todo fuese genético, todo determinado por los genes: desde el color de pelo, hasta la forma de ser; pero lejos de dar la idea de un futuro predeterminado, a la mejor forma de un horóscopo del que no se puede escapar, los genes se van a poder modificar y reprogramar. Desde el champú a las cremas de antiage parecen asegurarlo. La biotecnología y la ingeniería genética han abierto posibilidades de intervención al poner en muestras mano un poder que siempre estuvo reservado a los dioses. Estamos ante un proceso de desacralización de la vida Por primera vez en la historia tenemos en nuestras manos la posibilidad de transformar, diseñar cambios genéticos en la especie y producir individuos programados. O crear vida. La biología sintética es la última innovación que hace posible construir organismos vivos a partir de combinar estructuras químicas. Se ocupa del diseño y fabricación de componentes y sistemas biológicos no presentes en el mundo real con novedosos circuitos genéticos, y rediseñar sistemas biológicos ya existentes para que funcionen con mayor eficiencia.
Peter Singer, un filósofo dedicado a la bioética en países del tercer mundo, dice que hoy podemos hacer diagnósticos genéticos para descubrir enfermedades, pero que al menos todavía, no podemos elegir las cualidades positivas que deseamos para nuestros hijos. Pero sostiene que esto es un libre mercado en el que la gente que tiene recursos podrá tener hijos superiores, con lo que la brecha entre ricos y pobres se volverá un abismo. Y se pregunta si no estaremos al borde de una aristocracia genética. ¿Y cuando estos bebés a la carta son pensados para salvar a sus hermanos enfermos? En España se aprobó la Ley de Reproducción Asistida para salvar a terceros: concebir un hijo libre de determinada enfermedad para implantar a un familiar sus células madres. Esto genera varios interrogantes: ¿será gratuito, por ende, para todos? Y si hay que someter al donante a diferentes tratamientos que le generarían sufrimiento, incluso antes de nacer?
Las aplicaciones de los nuevos desarrollos en biotecnología requieren de nuevas y multidisciplinarias miradas, en esa interfase donde la ciencia y la tecnología se unen a las empresas y deben necesariamente actuar las políticas públicas.
Y es acá donde aparece el concepto de Bioética como reacción ante estas nuevas prácticas, y para regularlas. Su pregunta central es ¿cómo debemos tratar la vida humana? Ética sobre el control de la vida. Surge la figura del Comité de Bioética en todos los hospitales de la ciudad de Buenos Aires, en 1993 como ordenanza y a fines del 2009 como Ley. Se trata de un órgano consultivo, interdisciplinario, intersectorial e interinstitucional. Allí se define la ética como la disciplina cuyo objeto es el estudio sistemático de la conducta humana, en el ámbito de la vida y de la salud, analizada desde la perspectiva del dilema y el debate ético. Tiene como función asesorar en las relaciones que median entre la vida, la muerte, la salud, la enfermedad y la práctica médica, así como también considerar el principio de racionalidad en el uso del los recursos disponibles. Establece la libre decisión y participación de las personas que reciben atención médica, previo conocimiento de los efectos favorables y desfavorables de los tratamientos, bajo consentimiento expreso. Es una instancia de resolución basada en tres grandes principios humanos: la autonomía del individuo, la beneficencia/no malevolencia y la justicia. En esta línea consideramos la definición de ética del diccionario de la Lengua Española como la parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre. La bioética es el paradigma del siglo XX, ya que considera al paciente como un ser autónomo con derecho a defender el bien personalísimo de su salud en concordancia con los derechos humanos.
La mayor demanda de consultas en determinados hospitales de la Ciudad provienen de Terapia Intensiva y Terapia Neonatal, momento donde se entrecruzan el principio y fin de la vida. En palabras del Dr. Nebbia (coordinador del comité de bioética del hospital Argerich) un comité de bioética no debe circunscribir su acción a lo meramente científico, entendiendo como tal la praxis medicamentosa y la tecnocracia de aparatos de última generación, sino concordar el bien vivir, para poder otorgar en determinados casos, el bien morir.


Tecnología, usos y límites. “Formas de conservación del poder-control”.

El uso e incremento de computadoras, aparatos electrónicos, celulares, MP 3,4,5….14, espacios virtuales, creación de nuevos productos a consumir etc. junto al avance de la biotecnología en tanto novedosas prácticas tecnológicas iniciadas principalmente en el campo de la medicina y la estética del cuerpo a partir del siglo XX, poseen alcances globales vía procesos de internacionalización y transnacionalización. Existe una compleja interdependencia entre productos de consumo masivo y los denominados terapéuticos o medicamentosos. Relación mutua que habitualmente queda transcripta o representada en las publicidades de productos de primera necesidad desde el nacimiento mismo. Sancor Bebé, “con probióticos que refuerzan el sistema inmunológico” leche artificialmente maternizada, “futuro con ojos de juventud” reza el eslogan publicitario de una crema regenerativa con colágeno. .
Revelar ciertas características implícitas de la tecnología, su procedencia, y construcciones tecno-sociales vigentes, como así también la influencia inmanente del poder que las constituye posibilitando su circulación en lo social, nos obliga a retomar ciertas contribuciones del campo sociológico y filosófico.
En esta línea es que planteamos que sería una falacia, contemplar por estos tiempos, la idea de que la creación misma y los impactos de la tecnología fueran pensados tan solo a partir de objetivos alineados al progreso o desarrollo socio-económico y el avance científico. La infelicidad de estas ideas reinantes, ficción o ilusión presenta a la tecnología cual vedette ineludible a toda felicidad, seguridad, evolucionismo-perfeccionista o prosperidad del hombre en su vida cotidiana.
A partir de los 90 se viene aseverando cierta ideología virtual como evolucionismo social estratificante en el marco de un mundo donde el neoliberalismo imperialista económico comanda, cual joystick, tanto las pantallas de la ficción, como la corporeidad y mentes humanas, con-formando inmediatamente los procesos de subjetivación.
Introduciendo a Foucault debemos plantear la existencia de una multiplicidad de dispositivos y mecanismos de poder en permanente mutación. Ya no se trata de doblegar o reprimir fuerzas en pugna, sino de producir, fomentar, instituir y hasta exacerbar las fuerzas de la vida. En este sentido es que desde una perspectiva jurídica, como discurso y arte de la gubernamentalidad, se estaría en presencia de un pasaje del derecho del soberano hacia el poder de los Estados. Proceso complejo y multidimensional de los dispositivos de poder sobre la vida, que a partir de ese momento puede situarse en dos configuraciones permanentemente vinculadas entre sí: la primera, sustentada en las disciplinas de domesticación y extracción energética de los cuerpos como unidades de producción, que Foucault define como anatomopolítica; la segunda consiste en un poder sobre el cuerpo, ya no como unidad sino como especie que comporta toda una serie de controles y regulaciones de poblaciones enteras. En este marco, desde una perspectiva biopolítica, el poder prolifera sobre la vida antes que suspenderla.(Silvestri y otros en Trabajo sobre Didáctica)
La ideología virtual planteada por Berardi, es una mezcla de futurismo tecnológico, evolucionismo social y neoliberalismo económico florecido en los años noventa plasmada en la creación de la clase cognitariada en ascenso ligada a la virtualización del trabajo de la infoproducción.
El advenimiento de pensamientos tales como el hacerse empresa, visionarios del éxito, capitalista financiero, ser su propio dueño, sostienen la perfomance de un “Ser Yo” enaltecido como máquina que comienza a circular en un espacio donde se distribuyen, organizan, desestabilizan y operan redes, de acuerdo a un mercado ni justo ni igualitario sino monopolizado. La tecnología del yo naciente en la década de los 70, poco a poco se ha ido sirviendo de los avances científicos tecnológicos para recrear concepciones del yo con fines pedagogizantes o de amansamiento en pos de la producción de sujetos dóciles.
Respecto al lugar del estado sería pertinente señalar que, en los albores de los siglos XVII y XVIII el mismo inicia la aplicación de su soberanización sobre los sujetos, los cuerpos y las vidas a través de diversas prácticas. Así mismo incipientes avances de la medicina de la época van configurando el espacio de circulación de las personas a través de diversos planes de saneamiento, construcciones, condiciones de hábitat, seguridad etc. Podríamos decir que actualmente la tecnología es utilizada para nuevos planes de condicionamiento sobre la vida aunque se expliciten como avances o reingenierías positivas para la vida en sociedad, negando o velando las reales intenciones de control social, a través de sus formas jurídicas o impositivas.
Vasta pensar en la diversidad tecno-panóptica a través de la red, tales como la implementación de mapas digitales y/o satelitales, Google Earth , que alcanzan la geografía del living de las casas. Esto se constituye como uno de los soportes tecnológicos fundamentales solidarios con las regulaciones impositivas y legales sobre la propiedad a través de ARBA (Agencia Recaudadora de Buenos Aires) o cualquier otro organismo encargado de recaudar para las arcas del estado.
Nos hallamos frente a formas de control impensadas en otras épocas, que han ido gestándose al compás de la tecnología.
A diferencia del pasaje que ha sufrido el panóptico de la antigüedad a la modernidad, en tanto en la primera se trataba de una arquitectura del espectáculo, es decir, un centro para poder ser observado por muchos y el segundo momento el de la modernidad, arquitectura de la vigilancia, donde un solo ojo controla con su mirada a la mayor cantidad de personas posibles. La preocupación estatal de la modernidad sigue estando vigente, el contenido del problema es el mismo, selección y prevención ante la evasión o subversión del orden convencional, tanto como controlar al loco, al preso o al alumno, sólo que han cambiado los recursos con los cuales resolver ese tipo de problemas.
A pesar de esto, existe la preponderancia para definir a la tecnología como autónoma o independiente de las cuestiones biopolíticas o de poder reinante. Es decir independizan el objeto (tecnología) de las intenciones-políticas programadas para supuestos usos estrictamente de avance en el mundo sublunar.
Nos hallamos frente a una especie de Anatomía Política en el sentido que lo plantea Foucault en tanto designa las marcas impresas en el cuerpo “mente” la aplicación disciplinaria, y a cuyo arreglo, es capaz de modelar los cuerpos y su anatomía al servicio de operaciones, ejercicios, y técnicas orientadas a la rapidez y eficacia. (S. Albano 2004) Esto pensado siempre en conjunción con un plano macropolítico pero habría que agregar que en estos tiempos, frente a las nuevas formas de complejización se entrecruzan los fines tecnológicos con los objetivos políticos al servicio del control tanto en ámbitos estatales como privados.
Respecto a los ámbitos privados de producción laboral, el diseño en tanto micro-política, del personaje Managerial como último modelo de alta gama de generación, cuyo airbag muchas veces son los fármacos-antidepresivos, se nos presenta como el clásico ejemplo por estas épocas. Ciertas empresas multinacionales (Verizan, empresa de informática) con tecnología de avanzada expenden, además de comidas, café y gaseosas, fármacos para sobrellevar un exhaustivo ritmo de trabajo. El uso de sustancias psicoestimulantes o antidepresivas es naturalmente la otra cara de la nueva economía (Berardi). Trabajo y poder-control nuevamente se presentifican bajo inéditas e insólitas formas que en gran medida se van naturalizando o aceptando sin restricción ya que, resistirse a estos modos de control, incluye posibilidades de exclusión.
La eficacia o ineficacia de estos dispositivos en el marco de una productividad económica señalan a ciertas clases generacionales como “viejos” que deben quedar por fuera del sistema de producción, por motivos etáreos o por la ignorancia, de la cual se suponen que pecan, sobre el manejo y aplicación de las nuevas herramientas tecnológicas. La condición misma de trabajador queda fagocitada por la tecnología.
Asimismo los jóvenes incluidos aún en el sistema, son sometidos a exhaustivos exámenes de control de ingreso y permanencia tecnológicamente testeados, bajo formas de comunicación online, los call center monitoreados las 24 hs por un panóptico invisibilizado más que en la arquitectonía edilicia clásica de escuelas y conventos. El empleado debe restringir al máximo sus emociones ya que la libertad de las mismas es capturada a través de fibras almacenadoras de información en las que deben circular cierto discurso de decibilidad. La atención al cliente diseñada discursivamente de acuerdo a lo permitido o prohibido en tanto no afecte la producción en la maquinaria de hacer dinero como fin prioritario en empresas de servicios. La digitalización, los trabajos en red, las nuevas formas de producción y relaciones de trabajo del siglo XXI abren toda una serie de interrogantes y nuevas perspectivas para ser abordadas.

Tecnologías y Configuraciones sociales

Las tecnologías como creación humana han estado en la base de la transformación social. Siempre de la mano de la ciencia, la cual durante siglos estuvo determinada por el progreso social y en los últimos tiempos al servicio del mercado.
Desde el siglo XVII el hombre y su sociedad se ven drásticamente afectados por las formas de producción vigentes. Hubo una inversión paulatina de los medios y los fines desde allí hasta la actualidad. En los principios de la era industrial la economía era el medio para desarrollar lo social. Este orden de las cosas fue mutando hasta el día de hoy donde las políticas ya no están orientadas al desarrollo de lo social, sino a la subsunción de lo social para el desarrollo de la economía. (Vincent de Gaulejac) Esto no se ha logrado sin la presencia central de las nuevas tecnologías digitales que han acelerado los procesos de producción tanto industriales, como culturales y subjetivos.
A partir de los años 60 se produce lo que puede entenderse como la destrucción de la relación capitaltrabajo que ha contribuido a la flexibilización laboral, la deslocalización y su precarización, desde los tiempos ya muy pasados de la internacionalización de los mercados, hasta la globalización en la que se erige El Mercado global.
La dialéctica que nos ayudaba a entender los fenómenos mundiales, por darse estos en formas simples de oposición, ya no nos alcanza. La recombinación como forma de producción que la era digital instala es la que destituye a las totalizaciones que antes podíamos situar. (Franco Berardi) Es el fin de la era industrial. Las características de este nuevo principio son: las unidades multiplicables, proliferantes y recombinables. Se sustraen a la totalización y a la territorialización.
También se comienza a anunciar el fin de la hegemonía de los Estados Nacionales, Rompiendo con la idea básica de lo estatal se desliza el mundo en nuevas categorías que redefinen lo público y lo privado, tornando sus fronteras en límites cada vez más borrosos.
El poder se vuelve inaprensible e inlocalizable. La previsibilidad deja lugar a lo imprevisible. Ya no hay estrategias totalizantes posibles, sólo a nivel puntal, tomando la forma de reproducción de un virus.
La tecnociencia se ha unido al Mercado, y con esto surge un nuevo alcance para la biopolítica: Desde Foucault los dispositivos antes construidos para disciplinar a la sociedad, como por ejemplo docentes, psiquiatras, médicos, etc, ahora ya no son necesarios. El control se efectúa desde el origen mismo de la vida a través del formateo del hombre, mediante la intervención directa en su genoma.
La informática y la biogenética, como innovaciones de la segunda mitad de este siglo, se fundan por el principio ya mencionado de recombinación.
La biopolíticas, como elaboración minuciosa del Estado de controles que mantuvieran dentro de la normalidad a la población en su conjunto, han quedado atrás. El poder se entreteje y se extiende en todo el territorio en forma de red sirviéndose de las innovaciones tecnocientíficas. Nada queda ya fuera de control, y esto se logra con menores esfuerzos estratégicos ya que estas nuevas fuerzas políticas proliferan, se multiplican y se recombinan por sí solas. La dominación de los estados nacionales y las instituciones de encierro están atravesando una profunda crisis, dislocándose y cediendo el lugar a nuevas formas de control social.
Esta es una mutación a nivel mundial, donde los avances tecnológicos influyen en el desarrollo de nuevas formas de mercado, las que a su vez determinan y constituyen a la sociedad en su conjunto, afectando el vínculo social y la división de clases.
La cultura como patrón de la identidad de un pueblo o de una nación se fragmenta y se desdibuja dando lugar a lo Cultural (Garcia Canclini). Las fronteras geopolíticas pierden su nitidez abriendo el paso a una compleja trama de redes culturales interferentes que facilitan la interculturalidad y la diversidad.
Hay un mercado productor de símbolos y también hay una sociedad que los hace circular y recombinar produciendo tanto exclusión y fragmentación para los que no acceden al sistema capitalista (aunque lo sostengan desde su existencia), así como también nuevos espacios de participación colectiva creadas desde la sociedad civil y no desde la nacional.
El mercado ya no comercializa con exclusividad mercancías tangibles, a este se ha incorporado en mayor medida la semioproducción. Los flujos de la virtualidad están hechos de información y de dinero electromagnético que supera las velocidades de las bases materiales en las que los intercambios antes se sostenían.
El tiempo como medida moderna deja los compartimentos analógicos y se configura como un continuo. Las diversas formaciones sociales fluyen por la infinitud digital generando nuevas redes flexibles, sorteando los obstáculos de la cultura para institucionalizar lo cultural. Con esto, en parte, se logra superar aquel primer y profundo desplazamiento de la política por la economía. Se gestan nuevas fuerzas diseminadas a lo largo y ancho del planeta desde donde se retoman acciones comunitarias a través de Internet y sus redes sociales que revitalizan la esfera de lo colectivo.
Si nos acomodamos en las ideas más pesimistas y tecnofóbicas perdemos de vista la riqueza de los nuevos movimientos sociales que han sabido aprovechar al ciberespacio como herramienta de comunicación y de encuentro. Este hecho da cuenta de una habilidad de los actores para adaptarse y reutilizar las formas de producción. Allí también se hace cultura. En el encuentro de lo local y lo global se genera la recombinación de identidades, prevaleciendo la lógica del intercambio por sobre la de la autoría o la propiedad privada.
No menos cierto es que las diferencias y la exclusión se profundizan cuando notamos que lo cultural ha caído también en las manos del mercado, sobretodo si consideramos que hay quienes no tienen los dispositivos técnicos que facilitan el acceso. Lo cultural también es un producto que se construye y comercializa. Gran parte de los símbolos que circulan son edificados por el marketing y la publicidad. Advertimos que aquellos sectores más vulnerables y excluidos son compelidos a Ser sólo a través del consumo. Y por más mínimo que este sea se sostiene en la creación de falsas necesidades, y en la banalización de los valores sociales básicos. A estos sectores se los empuja a ingresar al capitalismo desde sus márgenes. Lo nocivo, la toxicidad proviene de la falta de accesibilidad por sobre todo a un pensamiento crítico de lo que se consume, y del lugar que se asume al vincularse así con la mercancía cultural.
Siempre ha existido la brecha cultural y social. Comenzando por el modelo moderno del hombre como engranaje de las máquinas industriales y continuando hoy con el modelo del hombre bit, elemento trasportador de la información en esta gran masa reticular.
Como sabe decir bien Jesús Martín Barbero, es necesaria una alfabetización virtual, a través de políticas de educación que involucren a todos los miembros de la sociedad, y entendiendo por esto más que nada a todos aquellos excluidos de este proceso de interculturalidad global (pobres, ancianos, discapacitados, desempleados). El aprendizaje debe estar dado a través de la conectividad, y en el uso de todos los medios de comunicación. La sociedad debe aprender de su heterogeneidad a través de la apropiación de las tecnologías de la información y la comunicación. Partiendo de la pequeña comunidad, es desde donde se podrá construir la utilidad de este recurso y su especificidad para cada caso.
Una de las claves reside en principio en poder detectar el impacto de estas tecnologías en la vida cotidiana de cada colectivo y sobre todo en descubrir el poder que entraña el uso de las mismas para revitalizar políticas y fuerzas internas de cambio y producción cultural y social.
Seguramente junto con la apertura a estos nuevos medios de conexión social podremos empezar a comprender a lo humano, en el sentido moderno, como un mero recurso de instrumentalización para desarrollar el mercado , y a lo posthumano como la superación de las dicotomías pesimistas o más extremas y tecnofílicas.
Estas nuevas configuraciones, que nos vinculan a nivel social de manera diferente, no dejan de ser en gran medida nuestra propia creación cultural que hace un cuerpo con la red. La tecnología no es ya un mero conjunto de técnicas y el hombre tampoco es su simple operador. La fusión entre técnia y cultura avisoran la ciborgización de la subjetividad y su transformación.







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